Combinar bien los colores de paredes, telas y muebles es la clave para obtener la atmósfera que deseas: más serena, más luminosa, más cálida…
Descubre cómo conseguirlo con el sistema que utilizamos los decoradores: LOS ESQUEMAS DE COLOR.
Antes de elegir el color, conviene tener en cuenta que éste debe combinar con el mobiliario, los géneros y el piso.
El “esquema de color” es un grupo de dos o tres tonos que se utilizan como base de cualquier decoración.
Así, el ESQUEMA TONAL (compuesto por distintas tonalidades de un solo color o bien por diferentes colores que tienden a un mismo tono) crea ambientes serenos.
El ESQUEMA ARMÓNICO (en el que se eligen colores que están próximos entre sí en el círculo cromático como, por ejemplo, amarillo, ocre y naranja) asegura un resultado armonioso, unificado y envolvente.
Por su parte, el ESQUEMA DE CONTRASTE (formado por colores opuestos en el círculo cromático, como el azul y el rojo), produce un efecto más atrevido e impactante: Conviene equilibrar y dosificar los colores elegidos para evitar que el resultado sea muy llamativo.
ESQUEMA TONAL:
Es una opción excelente para unificar los colores de toda la casa sin ningún riesgo. Lo más fácil y seguro a la hora de decorar es emplear un solo color pero con diferentes tonos en paredes, tapicerías y telas, o bien utilizar distintos colores en una misma tonalidad.
Si te decides por la primera opción, elige el color con el que te sientas más a gusto, combina varias intensidades y aplícalas en cualquier lugar: Si el espacio es pequeño, reserva los tonos más claros para las paredes y los más intensos para los géneros (sofás, etc) ya que de ésta manera ganarás amplitud y luminosidad.
ESQUEMA ARMÓNICO:
La combinación de colores cercanos asegura ambientes equilibrados y relajantes. Aunque combinar colores distintos es una opción más arriesgada, los que se encuentran próximos entre sí en el círculo cromático armonizan sin problemas. Por ejemplo, azul y lila, rojo y naranja…
Te recomiendo emplear como máximo tres tonos consecutivos del círculo (por ejemplo, beige, visón y chocolate) usándolos en diferente proporción en la decoración de cualquier ambiente: LO IDEAL ES QUE UNO DE ELLOS DOMINE Y LOS OTROS LO COMPLEMENTEN.
Lo mejor es decidir en primer lugar los colores de los sillones, muebles y géneros y a partir de ahí, elegir el de la pared.
ESQUEMA DE CONTRASTE:
Muy estimulante, resulta ideal para crear ambientes personales y llenos de color.
Los colores opuestos en el círculo cromático dan lugar a combinaciones muy alegres y llenas de vida. La clave del éxito de éste esquema, uno de los más arriesgados, está en utilizar los colores en diferente proporción, ya que al competir entre sí pueden producir un resultado muy llamativo y estridente.
Los esquemas de contraste logran un carácter único en cualquier ambiente, son muy estimulantes y enérgicos. Permiten también combinar sin problemas colores cálidos y fríos y resultan idóneos para resaltar elementos arquitectónicos.
Por ejemplo, en un living podemos utilizar el beige como color dominante y pintar la pared de la chimenea en un tono malva.